Los apagones, (con sus causas y consecuencias), se han insertado de manera natural en nuestra cotidianidad. Forman parte, casi de la familia. Un apagón es quizás uno de los elementos más democráticos que existen en Cuba. Cuando suprimen el servicio no hay corriente para nadie, seas quien seas. Pero como todo en la vida tiene su parte mala y elementos positivos, por ejemplo, te impide ver la televisión, pero a la vez pone fuera de circulación los decibeles insoportables del bafle del vecino. A no ser que este se saque de la manga uno de esos equipos escandalosos que han aparecido ahora, las llamadas bocinas, o como por arte de magia aparezca una motocicleta eléctrica con un audio que parece un área de carnaval.

Hay que ver cómo la oscuridad une a la familia, claro, alrededor de la lámpara recargable, y eso es perfecto, amoroso, pero si usted no quiere hacerlo, está acción punitiva sobre la luz eléctrica sencillamente te da la posibilidad de sentarse en el portal y sintonizar su oído con la conversación del vecino de enfrente y si esa no le cuadra pues cambia de canal para el de al lado y así sucesivamente. Un buen corte de electricidad, de esos que duran…y duran no se sabe cuántas horas, sirve de motivo de inspiración, no recuerdan el tema aquel: Con el apagón que cosa sucede, o esa obra tan romántica que parece haber sido compuesta por la empresa eléctrica: Voy a apagar la luz, ¡para pensar en ti!, aunque normalmente es al revés, uno es el que piensa mil cosas, casi ninguna buena, cuando llega de pronto la oscuridad. Para que vean cómo es la vida de rara, esos temas son de autores mexicanos, país donde supuestamente este tipo de afectación es casi nula. ¿Habrá que aumentar la cuota de apagones para que los compositores nacionales comiencen a generar? Aunque bueno, tenemos aquel de Arnaldo Rodriguez que es como un ruego, una súplica: No dejes que se apague la lucecita. El apagón, en su diversidad social, tiene su componente relacionado con la higiene y la epidemiología pues le permite conocer aproximadamente la cantidad de mosquitos que tienes en tu casa o el número de cucarachas que, aprovechando la oscuridad salen de su escondite a la velocidad de Usain Bolt.

La falta de fluido eléctrico también enseña a organizar mejor la vida de las personas y compartir las tareas del hogar, de esa manera usted puede escuchar a su vecina contando que se levantó a las cuatro de la madrugada a lavar porque sabía que a las seis» la iban a quitar» y no hace falta que diga lo que quitarían porque uno lo sabe de sobra, y a la de los altos respondiendo que como a las once tuvo que llamar al marido para que le echara fresco al niño, que ella no podía más. Y eso es lindo, que se ayuden mutuamente, es verdad que es un poco molesto, pero no se le pueden quitar sus méritos al apagón. Lo mismo ocurre si una persona no se encuentra en buena forma física puede aprovechar una de esas noches lúgubres cuando no se mueven ni las hojas de los árboles y la temperatura anda por los 39 grados y agarrar un buen pedazo de cartón para echarse fresco.

Con varios apagones, de esos que vienen con nocturnidad y alevosía, puede hacerse de unos bíceps de fisiculturista. Según la información oficial el corte del suministro eléctrico no siempre es por problemas de capacidad de generación en el país, noooooooo, que va, sin embargo, ese golpe oscuro, vamos a llamarlo así, poéticamente hablando, nos hace querer más y cuidar nuestro teléfono celular para compartir con amigos y familiares hasta que la falta de carga nos separe. Nos implica más en las redes sociales para que podamos enterarnos de un montón de cosas interesantes, de la actividad de personas valiosas y benefactoras, y de que existen también otros individuos cada vez más insoportables, llenos de odio y faltas de ortografía.

Cuando ocurrió la anterior tanda de apagones, bueno, no sé si fue la anterior o la otra. Pensándolo bien, me parece que fue en los noventa, es que han sido tantas que ya cualquiera se confunde, utilizaba aquellos largos períodos de oscuridad para pensar y reflexionar en las complejidades que nos presenta la vida. En ocasiones hasta me quedaba dormido en esas cavilaciones, pero como siempre en mis sueños y pensamientos hay luz, me llevaron a Puerto seguro. Y es que estos cortes también tienen sus misterios, sus puntos de máxima oscuridad. Ahora mismo hay uno en el hit parade: ya se sabe que las termoeléctricas en el mundo tienen una vida útil de 35 años y en Cuba sólo hay dos por debajo de esa cifra. En las unidades jóvenes del Mariel (porque está también tiene motores viejos) hubo un incendio no hace mucho y más recientemente, la otra que opera en Felton, y sobre la cual descansaba buena parte de las esperanzas para no tener graves apagones en este verano, también sufrió un evento similar. Uhnmmm, de verdad que eso huele a quemao. ¡¡¡Que casualidades más casuales!!! ¿Será que un Nerón reencarnado entró al país con visa de turista? ¿O reencarno en territorio nacional sin darnos cuenta? ¿Dónde están los que debían ver y poner freno? Lo peor es que, para variar, no hay información alguna. Como el tema es bastante incendiario voy a esperar hasta el próximo apagón para pensar en él.