No hay peor ciego que el que no lo dejan ver

El mundo globalizado en el que vivimos exige que cada día debamos estar mejor informados. En la Cuba de hoy cuesta un poco de trabajo conseguir o comprar un periódico, por lo que la gran mayoría de nosotros apelamos a la televisión. Hace poco escribí en uno de mis monólogos humorísticos que en el Noticiero del Mediodía usted puede encontrar algún que otro problema, pero en el de las ocho de la noche, al cual llaman el estelar, solo hay triunfalismos y records de producción y eso ocurre para que las personas vayan a dormir tranquilos, sin preocupaciones, como si viviéramos en Suiza.

Cuba en Río, opinión de un aficionado

Luego de una “tregua olímpica” volvemos a la carga con este pan que ya mantiene despiertos a una buena cantidad de seguidores en varias partes del mundo, a todos ellos el agradecimiento por sus opiniones, criterios y mensajes ya que nuestro espacio está cumpliendo por estos días su primer año de vida.

Los símbolos

Pobre de aquella persona que no ame los símbolos de su país. La Bandera, el Himno Nacional. Hay que ver con cuanta emoción y orgullo un atleta olímpico, por ejemplo, ve ascender su pabellón patrio o escucha las notas y acordes gloriosos que le hacen brotar lágrimas de sus ojos.

Los nuevos ricos

En la entrada de blog anterior me referí, entre otros temas, a las posibilidades que brindan a los trabajadores del sector privado (esto del cuenta propismo es un pésimo cubanismo) el mal desempeño de algunas instituciones estatales y las nefastas consecuencias que tienen para el bolsillo del cubano de a pie.

Inspirado en esta suerte de parafernalia escribí el texto que les propongo en esta oportunidad pero, cuidado, como ocurre en otros sectores, la gran mayoría de los “Boteros” de los que les hablaba, no son los dueños de los vehículos que manejan, son simples asalariados, los nuevos ricos son una casta que poco a poco va surgiendo en Cuba, generalmente son personas que casi no  salen  de sus casas, apenas a atender sus amantes de turno, a concretar otro negocio en grande o algún que otro día a divertirse un poco y gastar a como mejor les plazca ese dinero que reciben sin esfuerzo alguno.

Un vuelo en cinco tiempos

Daniela y Noel residen en La Habana. Como jóvenes de este tiempo están obligados a planificar hasta el último centavo de su salario mensual. En su programación para este verano aparecía un viaje a Santiago de Cuba. Un boleto desde la capital cubana hasta la Ciudad Héroe cuesta 220 pesos cubanos por persona, casi la tercera parte de un buen salario. Por diversas razones necesitaban que fuera un viaje rápido y cómodo. La primera razón es Kamilita, su hija, de apenas un año.