Iluminada

Nunca tuve la curiosidad de preguntar a mis abuelos (tampoco a ella), la razón por la cual a mi madre le pusieron ese nombre. Sin dudas, lo era. Este dos de diciembre hubiera cumplido noventa y un años. Fui el primero de sus seis hijos y siempre me sentí un afortunado Antes de que cumpliera los cinco años ya sabía leer y escribir, gracias al empeño de mis padres, pero fue ella la que engendró en mí el gusto por la literatura, por las grandes obras de la literatura universal a las cuales accedía gracias a la  lectura y principalmente a las novelas que se transmitían por la radio.

Feliz día de los padres

No se en otros países, pero en Cuba se manejan toda una serie de frases que se expresan en sentido peyorativo a los progenitores, la más socorrida es que “madre hay una sola, padre es cualquiera” o incluso ahora que hay siempre personas muy cultas buscando cualquier sutileza en materia de igualdad de género, eso de que “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”, me parece muy discriminatorio cuando también pudiera ser al revés, pongamos por ejemplo, una mujer dirigente de alto rango o una artista de nivel y el esposo tiene que atender la casa, cuidar la mayor parte del tiempo de los hijos, ir a las reuniones en la escuela, que no por gusto se llaman reuniones de padres, en fin, el individuo pierde hasta el nombre pues comienzan a llamarlo “el esposo de fulana” y a nadie se le ocurre decir que es un gran tipo.

Saco de huesos

“Santiago es siempre Santiago”, dice una consigna de moda que muy bien ha resumido las peculiaridades de la llamada Ciudad Héroe de la Republica de Cuba. Lo cierto es que esta urbe, de la mano de sus habitantes, no se cansa de asombrarnos. Desde hace casi un año en el cementerio Santa Ifigenia se hicieron algunos cambios para colocar cerca de la tumba del Comandante en Jefe y Líder Histórico de la Revolución Cubana, las del Padre y la Madre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales. La escultura realizada por el artista Alberto Lescay a esta última resulta impresionante, semejando el tronco de una Ceiba; es como si la madre de los Maceos, con su rostro firme de mujer guerrera estuviera siempre a punto de decirnos: “Y tú, empínate, que ya es hora…”

Una silla recostada en la pared

Los que en alguna ocasión tuvimos la oportunidad de vivir en el campo tenemos bien clara en la memoria la imagen de nuestros mayores sentados en una silla fuerte o en los llamados taburetes recostados en la pared dándonos consejos o sencillamente pensando o repasando los problemas que la vida nos pone en frente. Esa es una de nuestras imágenes imborrables.

¿Prosperidad? – II

Existen sectores de la realidad con los cuales no nos relacionamos habitualmente, por ejemplo, el de los servicios funerarios y necrológicos y por esta razón desconocemos sus posibilidades, sobre todo, en cuanto a la calidad de su servicio y los recursos materiales que posee. Cuando falleció mi madre, recuerdo que mis hermanas prácticamente se negaban a colocar el cuerpo de la autora de nuestros días en un féretro de tan mala calidad, luego, al constatar que no había otro, casi tuvieron que reconstruir interiormente aquel cajón, para dar inicio al velorio.

Felipe Primero

Felipe Rodriguez Pérez, mi padre.

Es mi padre y este primero de mayo cumplió noventa y un años. Fue la primera persona que trajo a nuestra familia el reconocimiento social, era lanzador en el equipo de Beisbol que existía en el barrio y aunque no era abridor, algunos de sus relevos hicieron historia; en una oportunidad que fueron a jugar a Banes tuvo que enfrentar a varios peloteros profesionales de clubes capitalinos que se encontraban por allí de vacaciones y fue el único del equipo que no recibió castigo por parte de aquellos estelares, en otra ocasión lo llevaron en hombros desde el camión en que viajaban hasta la casa porque había dado jonrón y había decidido un juego; constatar que él era admirado también por otros fue conformando otra parte de mi felicidad.

Noel

Es uno de mis orgullos como padre. Cuando pequeño era delgadito pero incansable y si comenzaba a hablar hacía historias y fabulaciones increíbles; todavía miro sus fotografías de aquella etapa y se me oprime el corazón, luego nos dimos cuenta que algo había en sus ojos como asombrados o queriendo abarcarlo todo. Si cometía una falta en la disciplina del hogar se apresuraba a aclarar: Fue sin culpa, fue sin culpa.

Un vuelo en cinco tiempos

Daniela y Noel residen en La Habana. Como jóvenes de este tiempo están obligados a planificar hasta el último centavo de su salario mensual. En su programación para este verano aparecía un viaje a Santiago de Cuba. Un boleto desde la capital cubana hasta la Ciudad Héroe cuesta 220 pesos cubanos por persona, casi la tercera parte de un buen salario. Por diversas razones necesitaban que fuera un viaje rápido y cómodo. La primera razón es Kamilita, su hija, de apenas un año.